A mi corta edad la vida se encargó de enseñarme que no debo esperar nada de nadie, tampoco debo planear nada, que no debo prometer ni recibir promesas, tampoco creer en palabras si no en hechos y que debo seguir adelante solo, sin nadie a mi lado, porque
A mi corta edad la vida se encargó de enseñarme que no debo esperar nada de nadie, tampoco debo planear nada, que no debo prometer ni recibir promesas, tampoco creer en palabras si no en hechos y que debo seguir adelante solo, sin nadie a mi lado, porque
A mi corta edad la vida se encargó de enseñarme que no debo esperar nada de nadie, tampoco debo planear nada, que no debo prometer ni recibir promesas, tampoco creer en palabras si no en hechos y que debo seguir adelante solo, sin nadie a mi lado, porque
A mi corta edad la vida se encargó de enseñarme que no debo esperar nada de nadie, tampoco debo planear nada, que no debo prometer ni recibir promesas, tampoco creer en palabras si no en hechos y que debo seguir adelante solo, sin nadie a mi lado, porque