Qué ganas de hablarte, de saber de ti, de leer entre tus palabras un sutil “te quiero”. De preguntarte cómo es que has estado, y que contestes con un ” te he extrañado”. pero que ridículo si yo para ti no existo.
Qué ganas de hablarte, de saber de ti, de leer entre tus palabras un sutil “te quiero”. De preguntarte cómo es que has estado, y que contestes con un ” te he extrañado”. pero que ridículo si yo para ti no existo.
Qué ganas de hablarte, de saber de ti, de leer entre tus palabras un sutil “te quiero”. De preguntarte cómo es que has estado, y que contestes con un ” te he extrañado”. pero que ridículo si yo para ti no existo.
Qué ganas de hablarte, de saber de ti, de leer entre tus palabras un sutil “te quiero”. De preguntarte cómo es que has estado, y que contestes con un ” te he extrañado”. pero que ridículo si yo para ti no existo.