Qué curioso es comparar mis dos brazos. Uno tan sano, claro y limpio; mientras que el otro sólo refleja mis miedos, mis ataques de pánico al mundo y la soledad de mi verdadero yo. Aunque en mis piernas no veo diferencia una a la otra. Ya no.
Qué curioso es comparar mis dos brazos. Uno tan sano, claro y limpio; mientras que el otro sólo refleja mis miedos, mis ataques de pánico al mundo y la soledad de mi verdadero yo. Aunque en mis piernas no veo diferencia una a la otra. Ya no.
Qué curioso es comparar mis dos brazos. Uno tan sano, claro y limpio; mientras que el otro sólo refleja mis miedos, mis ataques de pánico al mundo y la soledad de mi verdadero yo. Aunque en mis piernas no veo diferencia una a la otra. Ya no.