Hubo una vez un padre que, cada vez que su hijo trataba mal a alguien de su familia, clavaba un clavo en una tabla enorme de madera, para que el niño viera cuánto daño hacía a la gente que le quería. Cuando el niño ya no era tan niño, sino que
Hubo una vez un padre que, cada vez que su hijo trataba mal a alguien de su familia, clavaba un clavo en una tabla enorme de madera, para que el niño viera cuánto daño hacía a la gente que le quería. Cuando el niño ya no era tan niño, sino que
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