A veces es bueno romper dietas. Pero sobre todo esas dietas de sentimientos, en las que restringimos nuestras emociones. Esas son las que valen la pena olvidar.
A veces es bueno romper dietas. Pero sobre todo esas dietas de sentimientos, en las que restringimos nuestras emociones. Esas son las que valen la pena olvidar.