Ayer un amigo me regaló unos condones de colores hermosos. Por un momento me emocioné, pero luego caí en cuenta que quizá primero se vencerían los condones antes de que yo los pudiera usar.
Ayer un amigo me regaló unos condones de colores hermosos. Por un momento me emocioné, pero luego caí en cuenta que quizá primero se vencerían los condones antes de que yo los pudiera usar.